¿Te suena esto?

Te emocionaste cuando viste los primeros trailers de Mictlan. Por fin, un juego con raíces mexicanas, visuales impactantes y la promesa de un AAA hecho en casa. Compartiste el tráiler, comentaste con amigos, hasta pensaste en apoyar el Kickstarter. Pero poco a poco, el entusiasmo se volvió duda. Las actualizaciones se volvieron escasas, el gameplay no convencía, y eventualmente... la ilusión se desmoronó.

Y ahora, aparece Revenia.

Otro proyecto con estética ambiciosa, ambientación poderosa, y un equipo que promete algo distinto. Pero después de lo de Mictlan, ¿quién no dudaría? La pregunta es inevitable: ¿vale la pena volver a emocionarse?

Aquí es donde entramos. En este artículo vas a conocer qué es Revenia, por qué está captando atención, y cómo se diferencia de Mictlan en aspectos clave. Sin humo ni hype vacío. Solo una mirada realista para ayudarte a decidir si este nuevo título merece tu atención — y quizás, tu ilusión.

¿Qué fue Mictlan y qué salió mal?

Mictlan: An Ancient Mythical Tale nació con una promesa poderosa: ser el primer juego de acción-aventura inspirado en la mitología mesoamericana, creado por un estudio mexicano y con ambiciones de producción tipo AAA. En el papel, era un sueño colectivo.

Pero como suele pasar, una buena primera impresión no es suficiente.

A medida que pasaban los meses, comenzaron a notarse las grietas:

• Actualizaciones vagas o inconsistentes.

• Demostraciones jugables que no convencían.

• Expectativas infladas que terminaron por volverse en su contra.

Al final, lo que había generado tanto orgullo se volvió un símbolo de desilusión. Mictlan fue un intento valiente, sí, pero también una lección: el entusiasmo cultural no puede reemplazar una base sólida de desarrollo, dirección clara y transparencia con la comunidad.

Revenia: ¿Qué es y qué promete?

Revenia es un juego de acción con estética dark fantasy y combate estilo hack and slash, liderado por el desarrollador mexicano Daniel Santos. Desde sus primeras apariciones en redes como TikTok y YouTube, el juego ha llamado la atención por su ambientación cuidada, criaturas detalladas y fluidez en el combate.

A diferencia de otros proyectos, Revenia muestra avances reales, sin promesas exageradas ni espectáculos vacíos. Daniel comparte su proceso, responde a la comunidad y mantiene un ritmo de desarrollo tangible.

En resumen, Revenia no se presenta como el “nuevo gran juego mexicano”, sino como un proyecto indie con visión, estética coherente y mucho potencial.

Las diferencias clave con Mictlan

Ambos juegos comparten raíces mexicanas, pero sus enfoques son muy distintos:

Expectativas

• Mictlan: Prometía ser un AAA desde el inicio.

• Revenia: Se presenta como indie desde el día uno.

Comunicación

• Mictlan: Más marketing que avances reales.

• Revenia: Menos show, más juego.

Alcance

• Mictlan: Narrativa amplia, mitología compleja.

• Revenia: Mundo oscuro, combate pulido, visión acotada.

Equipo

• Mictlan: Varios colaboradores, pero sin cohesión clara.

• Revenia: Proyecto unipersonal con dirección consistente.

Revenia no está repitiendo la fórmula. Está haciendo algo nuevo, más modesto pero también más auténtico.

¿Debes emocionarte? Una mirada realista

Después de Mictlan, es natural estar escéptico. Pero Revenia ofrece varias señales positivas:

• Gameplay visible y funcional.

• Comunicación transparente.

• Expectativas realistas.

¿Lo que falta? Una hoja de ruta más clara, y eventualmente, escalar el equipo. Pero hasta ahora, todo indica que el juego va en buen camino.

Así que sí: puedes emocionarte. Solo hazlo con los pies en la tierra. Disfruta el proceso, no solo la promesa.

Cierre: Esperanza con los pies en la tierra

Ver nacer un juego como Revenia después de una experiencia como Mictlan es como ver brotar una nueva planta en tierra que parecía estéril. No es garantía de cosecha, pero sí una señal de que todavía puede florecer algo grande.

Revenia no viene a venderte una ilusión. Viene a trabajar en silencio, avanzar poco a poco, y construir algo que pueda hablar por sí mismo. Y en un panorama donde el escepticismo es comprensible, eso ya es mucho decir.

No porque prometa el cielo, sino porque está construyendo algo, paso a paso, desde el suelo.

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